
Aparece por las noches, no te podés resistir, ahuyenta hasta tu
historia, no podés huir, te envuelve en su juego, te encadena a su
destino, no se desnuda, pero se hace sentir.
Pasa por tu frente
sus dedos, las uñas acarician tu pelo, su boca te recorre completo, la
mente vuela y te quedás atrapado en su perfil.
Querés tocarla y no te deja, intentás odiarla y no podés, sabés que
amarla es un error, ella no pertenece al mundo de hoy. Le entregás hasta
la última gota de tu placer, sonreís, sabiendo que estás a su merced,
se posa encima tuyo, no te deja precaver, te exige tus manos en sus
pechos y una promesa en sus ojos… Ella te quiere beber.
Apretás
su cintura y un orgasmo te asalta con vehemencia y versátil
destrucción, ella es un demonio, pero a vos no te importa, solo querés
poseerla con amor, aunque eso te haga sufrir. Te besa en la frente y sus
dedos vuelven a rozar tu semblante, tus ojos, tu nariz, dormís en
silencio y despertás en confusión de espacio y tiempo.
Ella no está, la odiás jurándote no volver a caer, pero la noche se acerca y esperás con ansias ese nuevo placer.
Te enamoraste de un demonio y ella se ríe de vos, no querés entregarte… Pero… lo volverás a hacer.
Súcubo… Entre el cielo de tus besos y el infierno de tus malditos deseos.
Prefiero amar a un demonio, que hundirme en la desesperación de amar a una maldita mujer, vestida de arrogancia y altivez..
Escritor Rostro Enmascarado
©Derechos de autor
